RESIDENCIA No. 14
TODO IMPLICA UN FILO /
VARIACIONES EN TORNO A UN ÚLTIMO MUNDO
Esta exposición nace de una colaboración: la realizada entre Vegan Canibal y la galería-taller Otra cosa sin nombre (OCSN) para producir una serie de ediciones gráficas a partir del proyecto El Último Mundo. Esta iniciativa, centrada en la intervención de objetos filosos —machetes, cuchillos, desbrozadoras— como matrices de impresión, no solo generó una nueva obra gráfica, sino que también abrió un campo temático desde donde pensar lo agudo, lo cortante, lo violento y lo vital. A partir de esta colaboración, surgió el interés de invitar otras prácticas artísticas que, desde distintos medios, dialogan con estos filos, que también son bordes.
Las obras reunidas evocan colmillos, espinas, astillas, cortes; rastros de lo que rasga, marca o hiere. Pero aquí la violencia no se aborda desde un juicio moral, sino como condición natural y cotidiana: herramienta, necesidad, posibilidad de supervivencia. En este sentido, los filos que estas piezas no recurren a la representación de simbólica de lo que amenaza, sino que funcionan como breves dispositivos de pensamiento, capaces de suscitar preguntas y visiones vitales.
En El Último Mundo, Vegan Canibal transforma cuchillos y sierras en matrices gráficas. Grabados con ácido o electricidad, estos objetos se convierten en placas de impresión donde se evocan grietas, rayos o ramificaciones fluviales. Las impresiones resultantes —tres ediciones variables de 22 ejemplares cada una— fueron realizadas en colaboración con OCSN entre abril y mayo de 2025. En ellas, el filo se vuelve trazo, ornamento o recordatorio.
Fernando Caridi presenta grabados de la serie Inserciones en líneas de producción alimenticia (2012), realizados con tablas de cocina utilizadas durante un mes en establecimientos de comida. Estas superficies, marcadas por el corte y el uso, fueron transformadas en matrices de intaglio que registran una arqueología silenciosa del trabajo, exponiendo cómo la alimentación, lejos de garantizar subsistencia, se inscribe hoy en una economía de precarización.
Las litografías de Laura Marin Soto introducen un contrapunto donde los filos operan desde lo orgánico, lo geológico y lo fabuloso. Su obra ocurre por una suerte de delirio tropical y biográfico, donde formas entrelazadas de flora, fauna y paisaje disuelven los límites entre cuerpo y territorio, adorno y coraza, lo natural y lo artificial.
Finalmente, OCSN participa con una pieza objetual que materialmente dialoga con estos procesos y refuerza la línea de experimentación gráfica y crítica que sostiene toda la muestra. Todo implica un filo propone, así, un recorrido entre lo que corta y lo que deja huella, entre lo que hiere y lo que transforma. Porque quizá todo lo que sobrevive, en última instancia, ha logrado afilarse.
OCSN / CDMX, 2025
Las obras reunidas evocan colmillos, espinas, astillas, cortes; rastros de lo que rasga, marca o hiere. Pero aquí la violencia no se aborda desde un juicio moral, sino como condición natural y cotidiana: herramienta, necesidad, posibilidad de supervivencia. En este sentido, los filos que estas piezas no recurren a la representación de simbólica de lo que amenaza, sino que funcionan como breves dispositivos de pensamiento, capaces de suscitar preguntas y visiones vitales.
En El Último Mundo, Vegan Canibal transforma cuchillos y sierras en matrices gráficas. Grabados con ácido o electricidad, estos objetos se convierten en placas de impresión donde se evocan grietas, rayos o ramificaciones fluviales. Las impresiones resultantes —tres ediciones variables de 22 ejemplares cada una— fueron realizadas en colaboración con OCSN entre abril y mayo de 2025. En ellas, el filo se vuelve trazo, ornamento o recordatorio.
Fernando Caridi presenta grabados de la serie Inserciones en líneas de producción alimenticia (2012), realizados con tablas de cocina utilizadas durante un mes en establecimientos de comida. Estas superficies, marcadas por el corte y el uso, fueron transformadas en matrices de intaglio que registran una arqueología silenciosa del trabajo, exponiendo cómo la alimentación, lejos de garantizar subsistencia, se inscribe hoy en una economía de precarización.
Las litografías de Laura Marin Soto introducen un contrapunto donde los filos operan desde lo orgánico, lo geológico y lo fabuloso. Su obra ocurre por una suerte de delirio tropical y biográfico, donde formas entrelazadas de flora, fauna y paisaje disuelven los límites entre cuerpo y territorio, adorno y coraza, lo natural y lo artificial.
Finalmente, OCSN participa con una pieza objetual que materialmente dialoga con estos procesos y refuerza la línea de experimentación gráfica y crítica que sostiene toda la muestra. Todo implica un filo propone, así, un recorrido entre lo que corta y lo que deja huella, entre lo que hiere y lo que transforma. Porque quizá todo lo que sobrevive, en última instancia, ha logrado afilarse.
OCSN / CDMX, 2025
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