RESIDENCIA No.7 


MUNDO PLANO

María Portilla



23.03.2023 — 29.06.2023


Catálogo Mundo Plano




Tenemos una artista que concentra su práctica haciendo un uso lúdico, a veces irónico del color; siempre buscando la no solemnidad ante el material y la materia artística; y realizando de exploraciones-derivas entorno a los límites en el retrato.

Dentro de esta residencia, María realiza un estudio plástico y gráfico, de un objeto tan común como misterioso. Un objeto-cosa, que desde aquí, vemos como algo, que un día perdió sus muchos nombres, algo que en medio de un avasallamiento cultural, quedó reducido a un equívoco. Hoy se llama tortilla, el mundo plano.

Decir “Mundo”, por la analogía simplona, respecto a su forma: como astros, circulares?, pero más, por hacer alusión al sentido poético del lugar donde va todo lo contenido, todo lo por contener. “Plano”, por querer hacer un guiño, y preguntarnos por ese quién, que desde una posición de poder, avasalla, impone y renombra algo.

La tortilla nomás, tlaxcalli como uno de los nombres perdidos, hecha, una a una, entre las palmas con el nixtamal, o con la máquina que las traza a partir de su necesidad industrial. La tortilla misma, transgredida, trascendida, como mapa de nuevos mundos, diciendo y diluyendo pigmentos extraídos de mohos y levaduras, sean naranjas, rosados, verdes o bermellón: micocientos todos.


Maria Portilla dice unos y otros por sus colores, sus nombres son colores, los canta fijados en su transcurso y progresión. No es tanto el moho mismo ni su recipiente, ya no sabemos si el lienzo o la tortilla, sino de las proyecciones y transformaciones que están más allá de su representación: su cualidad de mancha, tensión, contorno y superficie que las desdice, desdobladas y desligadas, no como tema sino como derivación. Ilumina un mundo aparte, tan fascinante como desechable: dicho en las posibilidades de sus tensiones cromáticas y compositivas, llevada al campo ­­—dicha desde lo abstracto— o rendida como objeto en algo que aunque parezca una naturaleza muerta es un retrato, desacralizando los límites entre el product shot, el rótulo, y el tema.

El tema mismo, se diluye como los colores que se doblan en los juegos que remedan las geometrías orgánicas que le son inherentes a los hongos como territorio, como cuerpo de texto, una escritura que se contiene a sí misma para desbordarse, que abarca lo que dice su propia naturaleza, negándola.

Se trata de retratos, en la acepción más general del término, del mismo modo en que es un retrato la foto que se toma desde el espacio a la tierra (o cualquier otro planeta) o de un manto coralino (o las aguamalas a las que alberga). Lo que hace María, es un retrato que se levanta por encima de ese mundo plano que dice la tortilla, convertida en un pequeño ecosistema que traza y avanza en patrones y texturas, colores y degradaciones, en composiciones en la que resalta su descomposición, sea real o de concepto: su desintegración sublimada.